Debido a los problemas con la seguridad nacional, Colombia ha padecido durante muchos años serios problemas con la industria turística. Sin embargo, en la actualidad, todo es diferente y Colombia se ha transformado en el destino ideal para el turismo ecológico, puesto que es un país con una extensión enorme, del Océano Pacífico al Océano Atlántico, con clima que va del calor y la humedad de la línea ecuatorial, al frío de las altas montañas con picos cubiertos de nieve perpetua. Un mundo de posibilidades para el turista.
Para quienes quieran realmente descansar y alejarse del estrés de las grandes ciudades, en la Playa Koralia podrán tener contacto directo con la naturaleza, sin la posibilidad de internet, televisión o periódicos. Podrán tener la experiencia de vivir una temporada completamente de relax y paz, teniendo aún la posibilidad de avistar ballenas jorobadas entre los meses de julio y octubre, practicar snorkel y buceo.
Existe la posibilidad de “eco-aventuras” en el famoso Río Amazonas, disfrutando la flora y la fauna locales. Embarcar para un viaje por el río hacia el Parque Nacional Amacayacu será una experiencia única, pudiendo conocer 150 especies de mamíferos y 450 especies de aves. En el Amazonas habitan delfines rosados y las tribus indígenas de la región enseñan a los turistas la importante relación con la Tierra.
El otro lado de la balanza natural es el Parque Nacional El Cocuy, donde el paisaje de montañas glaciares de más de 5 mil metros de altura sobre el nivel del mar es impresionante. Allí hay necesidad d e estar muy bien preparados físicamente ya que la subida, con la ayuda de crampones y sogas, no es sencillo. Es posible contratar caballos con los guías locales para facilitar la experiencia.
Una interesante oportunidad para practicar a pleno el ecoturismo es participar como voluntarios, por ejemplo, en la escuela de buceo Calipso en Santa Marta, escuela que trabaja en la conservación de los arrecifes de coral del Parque Nacional Tayrona. Dicha escuela entrena para poder practicar buceo en mar abierto. Una experiencia que vale la pena vivir.