De carcel abandonada a destino eco-turistico

Un pequeño archipiélago frente a la costa del Pacífico de México que había albergado una colonia penitenciaria en una isla está finalizando los preparativos para recibir turistas en un destino eco-turistico. Llegar a la Isla Madre María es actualmente un desafío incluso para el turista más robusto: un viaje en bote de cuatro horas en aguas a menudo agitadas. Pero el gobierno de México planea hacer las cosas más fáciles, poniendo a la armada del país a cargo de las giras en la última nueva función asignada a las fuerzas armadas bajo el presidente Andrés Manuel López Obrador.

1) Relatos de los habitantes de la carcel abandonada  convertida a destino eco-turistico

Algunas personas, como Beatriz Maldonado, ya están imaginando el viaje. Cuando Maldonado estuvo prisionera entre esos “muros de agua” —como lo describió un escritor también allí confinado— pensó que no volvería a ver a su madre. Maldonado pasó allí solo un año de su condena de seis años por posesión de drogas y armas, pero fue doloroso. “Perdí mi sonrisa, mi felicidad”, dijo. Ahora, con 55 años, trabajadora de lavandería y activista en defensa de otras mujeres encarceladas, quiere volver a cerrar heridas. La colonia penitenciaria fue fundada en 1905 en la Isla Madre María, la mayor de cuatro islas y la única habitada en el archipiélago Islas Marías a más de 60 millas de la costa del estado de Nayarit. El gobierno cerró la prisión en 2019.

2) El gobierno lo transformo en un centro modelo

López Obrador lo hizo convertir en un centro de educación ambiental por el que han pasado unos 150 jóvenes. Ahora el gobierno quiere convertirlo en un destino de ecoturismo; donde los visitantes puedan observar aves marinas y disfrutar de las playas y la historia local. El presidente anunció recientemente que la marina se encargará de gestionar los recorridos. Se ampliará el aeropuerto de la isla y se agregarán dos transbordadores que pueden hacer el viaje en dos horas y media. Los visitantes se hospedarán en las antiguas casas de presos o de trabajadores que están siendo reconstruidas; para evitar tener que construir nuevos edificios que puedan dañar la reserva natural del archipiélago.