La prohibición de las corridas de toros se enfrenta a una votación legislativa crítica en Colombia

La tradición de las corridas de toros ha dado algunos golpes en todo el mundo recientemente con tribunales y gobiernos municipales en ciudades como Barcelona, ​​Medellín y Ciudad de México emitiendo sentencias que han desanimado a los promotores de realizar estos eventos.

1) La prohibición de las corridas de toros en votación legislativa  en Colombia

Un torero de 61 años apodado “Pequeño gitano de América” ​​cayó de cabeza al polvo cuando un toro le dio un cabezazo. Se recuperó entre los aplausos de la multitud y luego mató al toro con una espada en la nuca. Fue uno de los seis toreros veteranos que actuaron gratis un sábado reciente frente a unas 150 personas en una hacienda verde esmeralda en los Andes de Colombia. El festival fue para recaudar fondos para una fundación que espera salvar la tradición centenaria de una prohibición nacional impulsada por políticos que argumentan que las corridas de toros son crueles y poco éticas.

2) Colombia es uno de los ocho países donde las corridas de toros siguen siendo legales

Pero la tradición ha dado algunos golpes en todo el mundo recientemente con tribunales y gobiernos municipales como Barcelona, ​​​​Medellín y Ciudad de México emitiendo sentencias que han desalentado los eventos. El Senado de Colombia aprobó una prohibición a nivel nacional en diciembre. La Cámara de Representantes, que rechazó por estrecho margen una prohibición anterior en noviembre, podría adoptar la última legislación en las próximas semanas cuando regrese de su receso de tres meses. Será una votación muy seguida en Colombia, donde se han celebrado corridas de toros desde la época colonial, pero donde el sentimiento público se ha desplazado en contra de la práctica por consideraciones éticas, como ha sucedido en otras partes del mundo.

3) Que propone esta ley

La ley de Padilla propone prohibir todas las corridas de toros en un plazo de tres años. También dice que las corridas de toros deben ajustarse de inmediato para que los animales no sean asesinados en los ruedos o atacados con picas y arpones de mano llamados banderillas. Los aficionados a las corridas de toros dicen que esas medidas terminarían efectivamente con la tradición, donde el toro se pelea y se burla en tres etapas que duran unos seis minutos cada una.

Primero, un jinete hiere al toro con una larga pica. Luego, asistentes de pies rápidos corren hacia el toro para empujar arpones afilados en la parte superior de la espalda del animal. Por último, el toro es rematado con la espada del matador. Los partidarios de las corridas de toros dicen que la prohibición eliminaría una forma de arte, privaría a los residentes rurales de un entretenimiento popular y negaría el sustento de los vendedores ambulantes en las corridas de toros. También argumentan que políticos como Padilla están tratando de imponer sus creencias a los demás.

Una practica verdaderamente barbarica que ya no tiene punto sostenible en el mundo de hoy.