La ecología y la formación de nuevos líderes mundiales

El mundo se encuentra atravesando una crisis climática sin precedentes, producto de las prácticas invasivas del hombre sobre la naturaleza. Como consecuencia, se están desarrollando catástrofes naturales y modificaciones de los biomas y ecosistemas que afectan a todos los seres vivos.

Todo lo que tenemos es gracias a lo que produce nuestra madre tierra. Cuidarla constituye nuestra responsabilidad histórica, la cual debe ser indeclinable. Por ello, el cambio climático constituye uno de los mayores desafíos de nuestra época. 

Impactos del cambio climático

A la hora de pensar los efectos que produce el cambio climático tenemos diversas aristas. En primer lugar, la modificación de las temperaturas, la propagación de las sequías o los temporales extremos pueden dañar severamente la producción de alimentos. Esto trae aparejado una disminución de la cantidad de comida disponible afectando, a su vez, la calidad y el precio de la misma –debido a que ante la escasez, los productos suben sus precios exponencialmente-.  

Como informa la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) en su informe sobre cambio climático, las tendencias de aumento de la temperatura y la sequía pueden afectar la disponibilidad de agua en regiones semiáridas y dependientes del derretimiento de los glaciares, e inundaciones en áreas urbanas debido a las lluvias torrenciales. 

Asimismo, el aumento de la deforestación, la concentración del dióxido de carbono y la suba de las temperaturas promedio afecta a la biodiversidad: la modificación del uso del suelo y la desaparición de los bosques genera una pérdida de los servicios ecosistémicos.  

Como punto neurálgico, estas transformaciones traen aparejado una disminución del ingreso –principalmente agrícola- de la población vulnerable, lo que genera el aumento de la desigualdad de los ingresos, con su consecuente incremento de la pobreza estructural. 

La formación de nuevos líderes globales 

Ante estos desafíos que se presentan es imprescindible pensar en la formación de nuevos técnicos y profesionales que, desde una perspectiva de transformación, luchen por modificar el sistema actual en el que vivimos. En este marco, hay distintos programas de afiliados que permiten desarrollar herramientas de diagnóstico y planificación, potenciando habilidades para conducir el momento actual de transición. 

La coyuntura demanda poder imponer una nueva agenda global, donde se discuta el sistema económico de explotación y producción mundial. Un modelo más sustentable es posible. Por eso, los programas de afiliados constituyen una herramienta fundamental para impulsar las modificaciones estructurales del sistema. Es necesario que cada vez más ciudadanos y ciudadanas comprendan la situación actual que atravesamos. Por ello es indispensable que existan líderes de opinión formados que habiliten las discusiones necesarias de nuestro momento histórico; porque no hay futuro posible si destruimos nuestro planeta y no modificamos las conductas existentes. 

La agenda 2030 para el desarrollo sostenible 

El mundo discute qué hacer con el calentamiento global. Sus consecuencias son evidentes, lo que implica la necesidad de impulsar transformaciones estructurales. En este marco la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en 2015, desarrolló la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible

La Agenda cuenta con 17 Objetivos, los cuales fueron aprobados por los 193 miembros de la ONU. Entre ellos se destacan: 

    1. Fin de la pobreza: la desigualdad es un flagelo que nos atraviesa como sociedad. La crisis de la COVID-19 agravó esta situación. Según una investigación del Instituto Mundial de Investigaciones de Economía del Desarrollo de la Universidad de las Naciones Unidas, las consecuencias económicas de la pandemia mundial podrían incrementar la pobreza en todo el mundo hasta llegar a afectar a 500 millones de personas más (es decir, un 8 % más de la población total mundial). Uno de cada cinco niños vive en situación de extrema pobreza. Esta situación crítica habla de la necesidad de políticas públicas activas para promover una distribución más equitativa de la riqueza, reducir la desigualdad y garantizar los derechos básicos universales. 
  • Hambre cero: las estimaciones actuales de la ONU indican que en la actualidad 690 millones de personas en el mundo padecen hambre, es decir, el 8,9 por ciento de la población mundial; lo que implica un aumento de unos 10 millones de personas en un año y de unos 60 millones en cinco años. Estos datos dan cuenta de lo imperioso que es realizar un entramado productivo soberano que genere trabajo y garantice a todos los ciudadanos las condiciones dignas de vida. 
    1. Garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos: la educación permite la movilidad social ascendente. Es sinónimo de esfuerzo y progreso. Sin embargo, alrededor de 260 millones de niños aún estaban fuera de la escuela en 2018. Ello equivale a una quinta parte de la población mundial de ese grupo de edad. Sin justicia para nuestros chicos es imposible construir una sociedad distinta, sostenible y duradera.
  • Adoptar medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus efectos: los informes de la ONU relevan que el 2019 fue el año más caluroso de todos los tiempos, marcando el final de la década más calurosa de la historia (2010-2019). El cambio climático afecta las formas de organización social, modificando la agricultura y la matriz productiva de los países, la reserva de recursos naturales, la biodiversidad y la estructura global. Por eso es necesario adoptar medidas urgentes que permitan impulsar un desarrollo sostenible,  como establece el acuerdo de París –aprobado en 2015-.

Estos son algunos de los puntos centrales de la nueva agenda global, la cual materializa una alianza renovada donde todos los países participan por igual. Necesitamos construir un mundo más justo, donde el ser humano pueda desarrollarse sin barrer la naturaleza. Necesitamos líderes a la altura de este momento histórico. Formarse, debatir y discutir un nuevo paradigma es la tarea. La historia se escribe en nuestros días y nos invita a ser protagonistas. Pongamos en movimiento la transformación de nuestras sociedades.