Palmeras prehistóricas y una tortuga gigante, debes conocer este lugar

La vida de un lugareño se mueve lentamente en las amplias arenas de Seychelles, muy pero muy lentamente. Y lo ha hecho durante miles de años. Eso es porque ser local significa ser como una de las miles de tortugas gigantes que deambulan por las playas de arena blanca, las más antiguas de las cuales tienen hasta 190 años como la tortuga gigante Jonathan.

1) Palmeras prehistóricas y una tortuga gigante, debes conocer este lugar

Mientras que los turistas acuden en masa a las Seychelles para disfrutar del sol durante todo el año y de las playas más hermosas del mundo que son las maravillas naturales, las que realmente brillan.

Compuesto por 115 islas que salpican el Océano Índico, el archipiélago es un punto de acceso mundial para la biodiversidad, con hasta el 85 por ciento de sus animales y el 45 por ciento de sus especies de plantas consideradas endémicas.

El grupo más grande de tortugas, que son los animales terrestres más longevos del planeta, vive en el atolón de Aldabra; que es el lugar de nacimiento de la tortuga gigante Jonathan, de 190 años, que se cree que es la criatura terrestre viva más antigua que se conoce en la actualidad.

2) Un lugar protegido por la Unesco

Una isla protegida por la Unesco, Aldabra es una cadena elevada de coral que forma uno de los ecosistemas más frágiles e vírgenes de las Seychelles. Ubicada a más de 1.000 km de la capital, Mahé, los visitantes deben obtener un permiso especial para visitar la isla, que está habitada únicamente por animales.

Sin pista de aterrizaje, puerto, hotel o casas de huéspedes, llegar a Aldabra es un desafío logístico. Pero aquellos que hagan el viaje se encontrarán en uno de los rincones más hermosos del mundo, con algunas de sus especies más raras como compañía.

Además de ser el hogar de unas 100.000 tortugas, la población más grande del mundo. Aldabra es un refugio para aves raras, como la magnífica fragata, el drongo de Aldabra, el rascón de garganta blanca y el pájaro piquero de patas rojas.

De vuelta en tierra firme, los visitantes pueden conocer de cerca al caracol rayado gigante, que alguna vez se pensó que estaba extinto, o sumergir los dedos de los pies en la laguna central donde los raros dugongos se deslizan juguetonamente por las aguas turquesas.